31.7.11

Conoce el final de mil historias.

No hay día que pase sin que se arrepienta, no porque esté sola, ni porque él crea que debería estarlo. Piensa en cómo era ella entonces, una chica cobarde y escéptica que cometió un terrible error.

Quisiera hablar con él, le gustaría explicarse, contarle como eran las cosas: “jugaba conmigo a ser feliz imaginando estar contigo, creí que convendría que lo supieras, saber que alguna vez fuiste feliz conmigo”, pero no. No puede decirle que nunca apostó por ellos, porque saldría bien.




Hay una razón por la que siempre se imaginó su vida sola. No fue porque creyera que sería feliz sola, sino porque creía que si amaba a alguien y salía mal, no lo superaría.

26.7.11

Felicidad se escribe con F de fracaso.

Felicidad también se escribe con F de fobia, de furia, de frecuente, de flaqueza, de funesto, de fallo, de freno, de farsa, de frialdad, de fragmento, de fatalidad, de fugitivo, de frustración, y por supuesto, con F de fracaso.


Aceptarás entonces que la felicidad no es una vida sin enrededos, sin cometer errores ni arriesgarse. La felicidad es asumir la lucha, el esfuerzo, la duda y avanzar, avanzar franqueando cada obstáculo.
Que con F se escriben muchas cosas.

21.7.11

Felicidad se escribe con F.

Felicidad se escribe con F, con F de fantasía, de fortuito, de factible, de fortaleza, de fortuna, de filosofía, de fidelidad, de física, de furtivo, de favorable, de fundamental, de frescura, de futurismo, de fugacidad, de finales insalvables.



Con F de fracaso, si, de eso también.

10.7.11

Hay crisis en el cielo, las nubes deben un año de alquiler.




Nunca he tocado el cielo con las manos, nunca he visto el cielo de cerca, tampoco he volado.
Y ganas no me faltan.
Nunca he tenido tiempo de rozar las nubes con la punta de los dedos.
Pero creo que podré esperar. Me contaste que hay crisis en el cielo, las nubes deben un año de alquiler a la Luna. Cómo imaginar que el cielo estaba aquí, en el suelo.

1.7.11

Asi de relativo es el tiempo.


“Un minuto puede que no sea nada, salvo que lo llenes de sesenta segundos interesantes.”

Vivía cada día su vida. Coexistía cada día con infinidad de personas. Almas inigualables, excepcionales, quizás estupendas.
Se imaginaba cada día su vida. Siempre con alguien distinto. Pero inagotable, siempre ella.
El cartero tenía un no sabía qué que le volvía loca. El del estanco tenía una sonrisa que alegraba cualquier mañana. En el metro se había cruzado un chico leyendo Shakespeare muy interesante.

Cada minuto un amor distinto. Cada minuto una vida imaginada.
Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo.