24.6.13

Cuentos de semáforo.


«Hemos pasado 24 horas juntos. Sé que no es amor. Es soledad. Es necesidad, empatía, agradecimiento».

Te escribía poemas en lo que tardaba el semáforo en ponerse en verde. Eran los mejores

16.6.13

No te buscaría si no te hubiera encontrado ya.

No te busqué. Pero te encontré. Y me enamoré. Creo que tú también...
Entonces llegó el otoño. Es obvio que llovía el día de tu despedida.

Escóndete.

Ahora entiendo por qué llovía... Desde entonces el otoño es la estación de la melancolía.

Me han salido muchos pareados. Pero de esto hace ya dos otoños.
Yo aquí sigo buscándote. Tú por ahí estarás buscando a otro.
Te recuerdo que una vez te encontré. Y me enamoré. Y estoy seguro que tú también...

Y acaba de pasar el otoño. Corre, date prisa. Déjame encontrarte.
Quedan doce meses para el próximo.
«No te buscaría si no te hubiera encontrado ya».

6.6.13

Tengo el límite en 5 centímetros.


No podemos estar a menos de 5 centímetros de distancia.
Mi cuello así se lo ruega a tu boca.
No podemos estar tan cerca que no halla más mundo que tus pupilas. Mi escasa capacidad de resistirme a ti así lo exige.
5 centímetros como perímetro mínimo para con tus pupilas y tus labios.
Aguantaría tu respiración tan cerca como si fuera la mía, tus dedos enredados en mi pelo, tu perfume en mi ropa... ¿Y qué son entonces 5 centímetros después de respirarte en cada bocanada? No intentes entender(me). Tus labios a menos de 5 cm de distancia, puff... Y tus ojos... Eso no, no lo podría aguantar. Creéme, saldrías vacío. De sonrisas, de caricias, de besos. Los gastaría todos.
Tengo el límite en 5 centímetros, no te lo saltes por favor.