24.3.11

Era un día cualquiera. Ni mejor ni peor que todos los días que estaba sepultando tras los muros.


Plantando alegrías en hormigón...


Un día largo, pegajoso sin alegrías ni esperanzas. Estaba haciendo lo que siempre hace alguien afligido, perder el tiempo, procurando sufrir menos, saltando las tapias con el pensamiento y soñando volver a los tiempos añorados y las personas queridas.

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