5.9.11

Aunque me quede sin tu cuerpo y sin el cigarro de después III

El descansillo estaba oscuro y vacío, como habitualmente. Pero había algo, que lo antojaba diferente.
Cerré los ojos. Umm… Recuerdos de perfumes vuelven.

Dicen que lo que más hiere es eso de echarle de menos, sin embargo yo creo que no es así. Echar de menos, hiere. Hiere mucho. Es como un pellizco infinito. Lo bueno de echar de menos, es que con el paso del tiempo dejas de hacerlo. Porque empiezas a olvidar sus cosas. Sus besos, sus abrazos, su voz, su manera de tocarte, todo. Terminas olvidándolo todo. Por eso creo que lo que más hiere es la esperanza. Siempre mirarás la puerta y te imaginarás que entra y te rescata de todo ese injusto sufrimiento. Siempre tendrás la esperanza de irte un día a dormir y que todo haya sido una estúpida pesadilla. Porque la esperanza es lo último que se pierde.



Cerré la puerta. Resoplé. Me apoyé en ella y me deje caer. Eché un vistazo a mi casa. Entre el desorden ví un vestido vaquero. Tenía una mancha de chocolate. Buen recuerdo del cumpleaños de Sebas. Siempre me gustaron mucho las tartas… Me lo puse. Fui a mi habitación a por el tabaco. Cogí las llaves también, y salí de casa.

3 comentarios:

  1. ¡No quiero que llegue el finaaaal!

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  2. Me encanta tu blog Señorita Llave, desde la primero letra, hasta la última foto (:

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  3. Creo que hacía musho que no pasaba, y esta gran historia se merece un ¡olé!

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